Justicia para los Caídos: La Lucha de Griselda Triana y las Familias de Periodistas Asesinados en México

María MR

Griselda Triana, destacada defensora de los derechos humanos y la libertad de prensa en México, representa una figura de resiliencia en un país marcado por la violencia contra periodistas. Nacida en 1969 en Guadalajara, Jalisco, Triana encontró un hogar en Sinaloa tras mudarse con su familia a Culiacán. Aquí, cimentó su amor por la naturaleza y la vida familiar, disfrutando de excursiones a la playa de Altata, donde los recuerdos de recolectar almejas y preparar ceviches se construyeron como un legado familiar que también ha compartido con sus hijos.

La carrera profesional de Triana comenzó de forma inesperada en el ámbito del periodismo mientras cursaba estudios de psicología. Se adentró en el mundo de la comunicación cuando trabajaba en el periódico Noroeste, donde inició realizando tareas de transcripción hasta lanzarse al apasionante mundo del reporteo. Su trayectoria la llevó a diferentes medios de comunicación, enfrentando los retos de ejercer periodismo en un estado ensombrecido por la violencia.

Un punto decisivo en su vida fue el asesinato de su esposo, el periodista Javier Valdez, en 2017. Este trágico evento la motivó a convertirse en una activa defensora de derechos humanos. Ingresó al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, un sistema que, a pesar de no ser ideal, ha significado una herramienta crucial para proteger vidas.

Griselda ha señalado que, en un país que garantizara la libertad de expresión, tal mecanismo no sería necesario. Sin embargo, reconoce su importancia y los avances logrados desde su implementación, a la vez que subraya la necesidad de continuar fortaleciendo las medidas de protección para periodistas y defensores de derechos humanos en México.

En el contexto del Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas, Triana ha instado a las autoridades a fomentar un diálogo más robusto y a perfeccionar las políticas existentes para la protección de estos profesionales. Su labor se ha enfocado en brindar apoyo a las familias de periodistas desaparecidos o asesinados, asegurándose de que sus historias y la lucha por justicia no sean olvidadas.

Hoy, años después de la muerte de Javier, Griselda mira hacia el futuro con esperanza, deseando retornar a Sinaloa, el entorno que ha sido testigo de sus momentos más preciados y donde aspira a construir una vida llena de paz y nuevas oportunidades. Los ecos de su infancia en la playa la llaman a retornar y crear nuevos recuerdos en un estado que, a pesar de los desafíos, sigue siendo su hogar.