La IA: Motor de Progreso o Generador de Desigualdades

María MR

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha presentado recientemente su Informe sobre Tecnología e Innovación 2025, titulado «Inclusive artificial intelligence for development». Este documento se ha convertido en una herramienta fundamental para los responsables políticos que buscan enfrentar el complejo panorama de la inteligencia artificial (IA) y diseñar políticas que promuevan un desarrollo tecnológico inclusivo y equitativo.

El informe destaca tres componentes clave para el avance de la IA: infraestructura, datos y competencias. Estos aspectos permiten una visión socioeconómica integral sobre la tecnología y ofrecen un análisis profundo acerca de los requisitos y políticas que deben ser implementadas. Se estima que el mercado de la inteligencia artificial alcanzará un valor de 4,8 billones de dólares para el año 2033, un aumento considerable en comparación con 2023, cuando representaba ya el 7% del mercado global de tecnología punta, cifra que se proyecta ascender al 29% en la próxima década.

Sin embargo, el informe también pone de relieve una alarmante concentración del desarrollo de la inteligencia artificial. Estados Unidos y China dominan cerca del 33% de las publicaciones sobre el tema y son responsables del 60% de las patentes en este campo. En 2022, un reducido número de 100 empresas financió el 40% de la investigación en inteligencia artificial, destacando la excepción de China en el ámbito de los países en desarrollo.

Rebeca Grynspan, secretaria general de la UNCTAD, advierte que aunque la inteligencia artificial posee el potencial de impulsar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, su distribución desigual podría exacerbar las desigualdades ya existentes. La IA tiene la capacidad de transformar sectores críticos como la agricultura y la energía, optimizando la producción y las cadenas de suministro, así como mejorando la planificación urbana y la gestión del agua. No obstante, la rápida evolución de esta tecnología enfrenta desafíos que los gobiernos todavía no han sabido abordar adecuadamente, lo que podría profundizar las divisiones globales.

A pesar de estas dificultades, algunos países en desarrollo, como Brasil, China, India y Filipinas, muestran un notable potencial en el sector de la IA. Se estima que esta tecnología podría impactar al 40% de los empleos en el mundo y, especialmente en economías avanzadas, se prevé que mejore el 27% de estos, potenciando las capacidades humanas en lugar de reemplazar el trabajo humano. En particular, Filipinas ha registrado un incremento del 30% en su grupo de desarrolladores de IA entre 2022 y 2023.

El informe aboga por una inteligencia artificial que priorice a las personas, promoviendo un desarrollo mediante un esfuerzo global colaborativo en el que todos los países tengan un papel activo. Actualmente, la gobernanza de la IA está dividida y controlada por unas pocas naciones, mientras que muchas de las naciones en desarrollo, que serán fuertemente impactadas por esta tecnología, a menudo carecen de voz en su regulación.

Las Naciones Unidas han tomado un papel activo en la adopción de medidas para abordar esta situación, promoviendo iniciativas como el Pacto para el Futuro y el Pacto Digital Global, que buscan mejorar la gobernanza internacional de la inteligencia artificial en beneficio de toda la humanidad.