Lecciones del Genocidio de 1994 en Ruanda: Reflexiones sobre Nuestro Aprendizaje del Pasado

María MR

Este lunes, el Secretario General de la ONU, António Guterres, hizo un emotivo llamado a fortalecer el compromiso global para construir un mundo que priorice la justicia y la dignidad humana. La ceremonia, llevada a cabo en la Asamblea General, fue un acto de conmemoración en memoria de las víctimas y supervivientes del genocidio de 1994 en Ruanda, un periodo que Guterres describió como un «escalofriante capítulo de la historia de la humanidad».

El genocidio, que tuvo lugar entre el 7 de abril y el 4 de julio de 1994, resultó en la muerte de aproximadamente un millón de personas, la mayoría tutsis, aunque también incluyó a hutus y otros que se opusieron a la violencia. Guterres enfatizó que las atrocidades no fueron un acontecimiento aislado, sino el resultado de crímenes premeditados, impulsados por un discurso de odio que fomentó la deshumanización y la división entre las comunidades.

Philémon Yang, presidente de la Asamblea General, también se unió al llamado a la reflexión al señalar la inacción de la comunidad internacional durante aquellos días fatídicos. A pesar de las advertencias sobre la situación en Ruanda, el mundo se mantuvo pasivo y permitió que la violencia se desatara. Yang cuestionó si realmente hemos aprendido las lecciones del pasado y si se están tomando las medidas adecuadas para prevenir que tragedias similares se repitan en el futuro.

Germaine Tuyisenge Müller, superviviente y escritora, compartió su conmovedora experiencia de aquellos días de horror, recordando cómo a la edad de nueve años fue testigo de la devastación de su familia en medio de la violencia. Su relato evocó la memoria de más de un millón de vidas perdidas y resaltó la resiliencia de los supervivientes, quienes, casi tres décadas después, siguen luchando por la verdad y el reconocimiento ante un aumento en las voces que niegan el genocidio.

Guterres destacó que, aunque Ruanda ha avanzado mucho en su camino hacia la reconciliación y la justicia, la sombra del odio y la violencia sigue acechando a todas las sociedades. En un contexto actual de creciente polarización, subrayó la necesidad de combatir las divisiones y el uso de tecnologías digitales para propagar desinformación y discursos de odio.

El mensaje de Guterres no podría ser más claro: la acción es urgente. Instó a la comunidad internacional a actuar de manera sistemática para erradicar el discurso de odio y prevenir que la división derive en violencia. En este sentido, hizo un llamado a todos los países para que se comprometan con las iniciativas como el Pacto Digital Global, que tiene como objetivo establecer medidas efectivas contra la desinformación y el odio, y a que asuman la responsabilidad de proteger a sus poblaciones de potenciales atrocidades, conforme a la Convención sobre el Genocidio.