El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha levantado la voz ante la alarmante escalada de violencia en el este de la República Democrática del Congo (RDC), marcada por la ofensiva del grupo armado M23, que opera con el apoyo de Rwanda. Durante una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Volker Türk alertó sobre las devastadoras consecuencias que podrían agravar aún más la situación si no se toman acciones inmediatas. Desde finales de enero, se han registrado alrededor de 3,000 muertes y casi 2,900 heridos debido a los ataques del M23, que ha utilizado armamento pesado en zonas densamente pobladas.
Los enfrentamientos entre el M23 y las fuerzas armadas congoleñas se han intensificado, y Türk hizo un llamado urgente a ambas partes para que inicien un diálogo que permita cesar las hostilidades. Aseguró que buscar una solución a través de la fuerza militar solo contribuiría a agravar el conflicto. La situación en las provincias ricas en minerales de Kivu del Norte y Kivu del Sur es especialmente crítica, dado que estas áreas han lidiado con décadas de inestabilidad inducida por la proliferación de grupos armados.
El conflicto alcanzó un nuevo pico a finales de enero, cuando el M23, compuesto principalmente por combatientes tutsi, recuperó control sobre varias áreas, incluyendo zonas estratégicas cerca de Goma, la capital de Kivu del Norte, y comenzó a avanzar hacia Kivu del Sur, donde se encuentra la ciudad de Bukavu. En respuesta a esta crisis, el Consejo de Derechos Humanos ha decidido crear una misión investigadora destinada a examinar las violaciones de derechos humanos y las transgresiones del derecho internacional humanitario en las dos provincias.
La resolución de esta misión pone un énfasis particular en los abusos relacionados con la violencia sexual y de género en el marco del conflicto, así como en prácticas como ejecuciones sumarias, secuestros, desapariciones forzadas y ataques dirigidos a defensores de derechos humanos. Asimismo, se condena abiertamente el apoyo logístico y militar que Rwanda proporciona al M23, instando a este grupo y a las fuerzas ruandesas a poner fin a sus violaciones de derechos humanos.
Türk también destacó incidentes preocupantes, como el bombardeo de hospitales en Goma y la violación masiva de prisioneras tras un brote de fuga en la cárcel de Muzenze. La violencia sexual ha aumentado alarmantemente, y la ONU se encuentra en proceso de verificar múltiples denuncias en las áreas afectadas.
Bintou Keita, la representante especial de la ONU en la RDC, alertó sobre la situación catastrófica en Goma, donde muchos jóvenes son reclutados a la fuerza y las violaciones de derechos humanos aumentan día a día. Además, el contexto humanitario se complica con la reaparición de brotes de cólera y otros problemas de salud.
Por su parte, el Ministro de Comunicaciones de la RDC ha acusado a Rwanda de seguir respaldando a grupos armados que operan en su territorio, lo que ha avivado la violencia en la región durante décadas. En respuesta, un embajador ruandés ha desestimado estas acusaciones, advirtiendo sobre un posible ataque a gran escala contra su país.
La creciente tensión en el este de la RDC plantea serios riesgos no solo para la población local, sino también para la estabilidad de toda la región, subrayando la necesidad urgente de un abordaje internacional que trate la crisis de manera integral y compasiva.