Luces y sombras del segundo vuelo de prueba de Starship

María MR

El despegue del sistema Starship de SpaceX tuvo lugar con éxito en Boca Chica, Texas, a las 7:03 hora local, pero el vuelo no logró cumplir con todos sus objetivos. A pesar de los avances significativos, como la correcta separación del cohete, la misión culminó con la «pérdida» de la nave, según informaron diversos medios.

El lanzamiento fue seguido con gran entusiasmo tanto por los controladores como por el público, incluyendo numerosos aficionados desde el condado de Cameron en EE. UU. y al otro lado de la frontera con México. SpaceX celebró el evento a través de su cuenta de X, donde aseguró: «¡Fue realmente mejor que el lanzamiento anterior!». Sin embargo, no se mencionó la explosión que siguió al vuelo.

La compañía fundada por Elon Musk destacó en su página web que esta prueba proporcionará datos valiosos para el desarrollo continuo de Starship. En particular, hizo hincapié en el correcto funcionamiento de su lanzador, el más potente del mundo, que despegó sin incidentes y dejó la plataforma de lanzamiento en buen estado.

No obstante, de acuerdo con la cadena CBS, los controladores perdieron contacto con la nave aproximadamente nueve minutos después del despegue, momento en el que se divisó una gran nube de humo. Según el plan original, la nave debía dar casi una vuelta completa a la Tierra en un lapso de una hora y media antes de caer en el Océano Pacífico, cerca de Hawái. La prueba no llegó a este punto y terminó abruptamente a unos 145 kilómetros de la Tierra.

La separación de la nave Starship del supercohete Super Heavy se produjo como estaba previsto, pero ambos explotaron minutos después, según diversos reportes. El propulsor, llamado Super Heavy, se deterioró antes de caer en el Golfo de México, mientras que la nave Starship consiguió avanzar unos kilómetros más antes de explotar.

SpaceX continúa analizando los datos del vuelo y actualizando la información disponible. «Con una prueba como esta, el éxito proviene de lo que aprendemos, y nos ayudará a mejorar la confiabilidad de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea multiplanetaria», destacó la empresa.

El sistema de transporte reutilizable Starship está diseñado para llevar tripulación y carga a la órbita terrestre, la Luna, Marte y otros destinos espaciales. La nave conjunta con el cohete propulsor mide 121 metros de altura, lo que equivale a más de 35 pisos.

Este despegue crítico se produjo después de siete meses de la explosión del primer test, y SpaceX había introducido un sistema de irrigación con 260.000 galones de agua para evitar los problemas observados en abril pasado.

SpaceX recibió la autorización para este segundo test de la Administración Federal de Aviación (FAA) tras cumplir con todos los requisitos de seguridad, medioambiente, políticas y responsabilidad financiera. La FAA investigará la «pérdida» del cohete y preliminarmente ha indicado que no se han reportado lesiones ni daños a la propiedad.

Entre los principales clientes de Starship está la NASA, que planea utilizar la nave para el contrato de Servicios de Aterrizaje Humano (HLS) en la misión Artemis 3, prevista para finales de 2025. Este lanzamiento sigue el exitoso Artemis 1 y precede la misión Artemis 2, que llevará astronautas a orbitar la Luna.

Bill Nelson, administrador de la NASA, felicitó a SpaceX por su progreso, destacando la importancia del sistema Starship en futuras misiones lunares y marcianas.