Desde el inicio del conflicto en Sudán hace casi tres años, el número de personas en riesgo de sufrir violencia de género, incluida la violencia sexual, ha alcanzado cifras alarmantes, superando los 12 millones. Este panorama desolador fue destacado en un reciente comunicado de ONU Mujeres, que subrayó que las mujeres y niñas en Sudan están soportando «la peor parte» de esta crisis humanitaria.
Las condiciones de vida de estas mujeres son críticas. Se enfrentan a una combinación devastadora de hambre aguda, altos índices de violencia de género y un acceso extremadamente limitado a atención sanitaria, educación y oportunidades de subsistencia. La ONU ha documentado el uso sistemático de la violencia sexual como arma de guerra en este conflicto, lo que agrava aún más la ya preocupante situación, ya que muchas de estas violaciones no son denunciadas.
El colapso del sistema sanitario es uno de los mayores desafíos que enfrentan. Actualmente, el 80% de los hospitales en las áreas afectadas no están operativos, lo que ha llevado a un aumento en la mortalidad materna y ha dificultado el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva. Además, el 80% de las mujeres desplazadas carecen de acceso a agua potable y deben lidiar con altos precios, problemas de seguridad y dificultades para desplazarse.
Pese a los adversos desafíos, las mujeres sudanesas están alzando la voz y exigen un 50% de representación en las mesas de negociación, respaldadas por la Declaración Feminista de Kampala, un plan elaborado por 49 grupos liderados por mujeres. Anna Mutavati, directora regional de ONU Mujeres para África Oriental y Meridional, ha criticado la exclusión sistemática de las mujeres en los procesos de paz en Sudán, subrayando su importancia en la transformación de la política del país.
La ONU ha hecho un llamado a todos los actores involucrados, incluyendo gobiernos, donantes y la comunidad internacional, para que actúen de manera decidida. «Es imperativo que se ponga fin al conflicto, se amplifique la voz de las mujeres en el proceso de consolidación de la paz y se haga justicia», afirmó Mutavati.
En los últimos dos años, ONU Mujeres ha trabajado junto a más de 60 organizaciones dirigidas por mujeres, logrando llegar a más de 15,000 mujeres en las zonas más afectadas, proporcionándoles artículos esenciales, servicios básicos y capacitación profesional. Gracias a los programas respaldados por el Fondo de Mujeres para la Paz y la Asistencia Humanitaria, muchas mujeres desplazadas han accedido a refugios seguros, atención de salud mental y asistencia legal.
En conclusión, para que Sudán pueda comenzar a sanar y avanzar hacia un futuro más justo y estable, es fundamental situar a las mujeres en el centro de los esfuerzos de recuperación y transformación.