Los avances en la lucha por la supervivencia infantil, que habían mostrado resultados positivos en las últimas décadas, enfrentan ahora un riesgo inminente debido a recortes significativos en la ayuda humanitaria anunciados por los principales donantes internacionales. Durante 2023, se registraron aproximadamente 4,8 millones de muertes de niños menores de cinco años, mientras que el número de muertes fetales se mantuvo en 1,9 millones, con solo una leve disminución en comparación con años anteriores. A pesar de que desde el año 2000 las muertes infantiles han disminuido más de la mitad y las muertes fetales han caído más de un tercio, las reducciones en el financiamiento han comenzado a causar problemas críticos en el sector de la salud.
Estos recortes están provocando graves consecuencias, incluyendo la falta de personal sanitario, el cierre de clínicas y la interrupción de programas de vacunación, así como una escasez de suministros médicos esenciales, tales como medicamentos para tratar el paludismo. Las consecuencias son especialmente desastrosas en regiones ya aquejadas por crisis humanitarias y en países con altos niveles de deuda.
La mayoría de las muertes infantile se producen dentro del primer mes de vida, muchas veces debido a partos prematuros. Aquellos que sobrepasan este punto crítico enfrentan un alto riesgo de enfermedades infecciosas prevenibles, como neumonía, malaria y diarrea.
En Yemen, la situación es particularmente sombría. La costa oeste del país está «al borde de la catástrofe» debido a las alarmantes tasas de desnutrición infantil. Según Peter Hawkins, representante de UNICEF en Yemen, algunas áreas reportan hasta un 33% de desnutrición aguda, lo que configura una crisis devastadora para la salud de los menores. Se estima que uno de cada dos niños menores de cinco años sufre de desnutrición y más de 537.000 padecen desnutrición aguda grave, una condición que es fatal pero prevenible. Hawkins subrayó que la desnutrición no solo debilita el sistema inmunológico de los niños, sino que también compromete su potencial de desarrollo.
En Colombia, la violencia ha causado un aumento dramático en el desplazamiento forzado, con más de 695.000 personas afectadas solo en los primeros dos meses de 2025, cifra que supera la cantidad total de desplazados del año 2024. La región del Catatumbo enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes en tres décadas, con Chocó y Cauca también siendo afectados por la acción de grupos armados no estatales. El desplazamiento ha aumentado un 462% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Por otro lado, en Turquía, la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos ha expresado su preocupación por las recientes detenciones de al menos 92 personas, incluido el alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, quien fue destituido y acusado de corrupción. Estas detenciones han suscitado protestas en todo el país, a las que las autoridades respondieron con restricciones y arrestos masivos, incluyendo a trabajadores de los medios de comunicación. La oficina de derechos humanos ha instado a la liberación inmediata de todos los detenidos por ejercer su derecho a protestar y ha solicitado investigaciones sobre el uso de la fuerza durante los disturbios.