El 21 de marzo de 2025, en el marco de la celebración del Día Mundial del Síndrome de Down, se han presentado los resultados del estudio GODS21. Esta investigación, que profundiza en la relación entre la obesidad y las personas con síndrome de Down, resalta la crucial importancia de llevar una dieta saludable, la cual se ha relacionado con puntuaciones más elevadas en coeficiente intelectual entre los individuos de este colectivo.
El estudio, cuyo acrónimo significa «Gene overdosage and comorbidities during the early lifetime in Down Syndrome», evidencia el impacto crítico que tiene la nutrición en el desarrollo cognitivo de aquellos que presentan esta condición. A través de un enfoque multidisciplinario, se han analizado diversos factores, tanto genéticos como epigenéticos y ambientales, que afectan la salud de estas personas, poniendo mayor énfasis en el problema de la obesidad. Instituciones como el Instituto de Investigación del Hospital del Mar y el Centro de Regulación Genómica (CRG) han jugado un papel esencial en la investigación clínica y en la divulgación de los hallazgos.
Uno de los puntos cruciales del estudio es la necesidad de adoptar un enfoque integral hacia la alimentación de las personas con síndrome de Down. Se ha visto que un aumento en el consumo de proteínas de alta calidad, verduras y cereales integrales, combinado con un aporte adecuado de lípidos saludables, está vinculado a mejores resultados en el ámbito cognitivo. Además, se pone de manifiesto la importancia de sostener hábitos alimenticios saludables y mantener una actividad física regular para prevenir condiciones asociadas como la obesidad, al tiempo que se potencia la capacidad intelectual.
La Dra. Mara Dierssen, quien lidera el Grupo de Neurobiología Celular y de Sistemas del CRG, menciona que entre las personas con síndrome de Down existe una predisposición genética a preferir alimentos ricos en azúcares y grasas, una tendencia que también ha sido observada en estudios con modelos animales. El Dr. Rafael de la Torre, coordinador del Grupo de Farmacología Integrada y Neurociencia de Sistemas del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, refuerza que los resultados del estudio abren nuevas vías de investigación respecto a los factores que influyen en el sobrepeso dentro de esta población. Propone que combinar intervenciones dietéticas con cambios en el estilo de vida puede ser clave tanto en la prevención de la obesidad como en la mejora del rendimiento cognitivo.
Durante la presentación de estos hallazgos, también estuvieron presentes organizaciones como Down Catalunya y Down España, así como La Casa de Carlota, un estudio de diseño que emplea a creativos con discapacidad intelectual. La empresa Bimbo se unió a la causa, ofreciendo talleres para personas con síndrome de Down y sus familias que tienen como objetivo divulgar las conclusiones del estudio.
La incidencia del síndrome de Down se estima en uno de cada mil a uno de cada mil cien nacimientos en todo el mundo. Las personas que tienen esta condición pueden enfrentar múltiples problemas médicos, lo que incrementa su riesgo de sufrir obesidad en comparación con otros grupos de personas con discapacidades intelectuales. La investigación realizada abre un camino esperanzador hacia la mejora del bienestar de quienes viven con síndrome de Down.