Las operaciones militares de Israel en territorio libanés siguen generando un alarmante número de víctimas civiles y una devastación considerable de infraestructuras esenciales. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha comunicado que, desde la entrada en vigor del alto el fuego el 27 de noviembre, al menos 71 civiles han perdido la vida a raíz de las acciones del ejército israelí. Las víctimas incluyen 14 mujeres y nueve niños.
En una conferencia de prensa reciente en Ginebra, el portavoz de la oficina, Thameen Al-Kheetan, advirtió sobre el temor que persiste entre la población, con más de 92,000 personas desplazadas de sus hogares. La situación se ha visto exacerbada por una escalada de ataques aéreos, incluyendo bombardeos en los suburbios del sur de Beirut en dos ocasiones distintas. El 1 de abril, un ataque aéreo en un edificio residencial resultó en la muerte de dos civiles y daños significativos a estructuras adyacentes, incluidas dos escuelas. Dos días más tarde, otro ataque destruyó un centro médico recién inaugurado en Naqoura y causó daños a dos ambulancias.
Entre el 4 y el 8 de abril, se registraron múltiples ataques que dejaron seis muertos adicionales, mientras que las fuerzas israelíes han atacado viviendas, instalaciones médicas y carreteras, violando así los principios fundamentales del derecho internacional humanitario. En respuesta, el ejército israelí afirmó que se lanzaron al menos cinco cohetes, dos morteros y un dron desde Líbano hacia el norte de Israel, provocando el desplazamiento de decenas de miles de personas.
La Oficina de Derechos Humanos ha instado a todas las partes a cesar de inmediato las hostilidades, subrayando la necesidad de respetar el derecho internacional humanitario, que incluye los principios de distinción, proporcionalidad y precaución. También se ha solicitado llevar a cabo investigaciones independientes sobre las denuncias de violaciones graves, enfatizando que los responsables deben rendir cuentas.
Además, se destacó la urgencia de garantizar que todos los desplazados puedan regresar a sus hogares de manera segura, así como la necesidad de eliminar los restos explosivos en el sur de Líbano. Todo ello en el contexto de una demanda por convertir el actual alto el fuego en un cese de hostilidades permanente, según lo estipulado en la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.