En los últimos años, la inteligencia artificial generativa ha revolucionado el campo de los asistentes conversacionales, gracias a la implementación de modelos de base que permiten interacciones en tiempo real a través de texto y voz. Estas tecnologías han encontrado aplicaciones en numerosos sectores, incluyendo el servicio al cliente, la atención médica y la educación, donde facilitan conversaciones naturales con los usuarios.
La mayoría de estas soluciones operan en dispositivos locales, como teléfonos inteligentes y computadoras, lo que posibilita un procesamiento rápido de las entradas de voz o texto. Sin embargo, la inteligencia detrás de estas interacciones reside en la nube, donde modelos complejos son ejecutados en potentes unidades de procesamiento gráfico. Este proceso comienza con el dispositivo del usuario procesando localmente la entrada, transformándola en texto (en el caso de las interacciones por voz) y enviando un aviso a la nube para que el modelo genere una respuesta adecuada. Este sistema busca equilibrar las potentes capacidades de los modelos en la nube con la agilidad que permite el procesamiento local.
A pesar de los progresos, uno de los mayores desafíos continúa siendo la reducción de la latencia de respuesta, es decir, el tiempo que transcurre desde que el usuario finaliza su intervención hasta que recibe una respuesta del asistente. Este periodo se divide en latencia de procesamiento y el tiempo hasta el primer token, que mide el intervalo entre el envío del aviso y la llegada de la primera respuesta. Disminuir este tiempo es fundamental para garantizar interacciones fluidas y naturales.
Para abordar esta cuestión, se propone una arquitectura híbrida que extiende los servicios de Amazon Web Services (AWS) desde regiones centrales hacia localizaciones más cercanas a los usuarios. Esto incluye el despliegue de puntos de entrada adicionales para la inferencia en el borde, utilizando enrutamiento dinámico para optimizar el tráfico entre la nube y las zonas locales, lo que promete ofrecer tiempos de respuesta más rápidos, adaptándose a las condiciones de la red y a la proximidad del usuario.
Las zonas locales de AWS, que se instalan en áreas densamente pobladas, permiten una identificación más eficiente de los datos y un procesamiento de baja latencia, siendo ideales para aplicaciones críticas como los asistentes de inteligencia artificial. Las pruebas realizadas han demostrado que implementar modelos de inteligencia artificial en estas zonas locales puede reducir considerablemente la latencia, una mejora que resulta clave para asegurar interacciones fluidas y naturales, independientemente de la ubicación del usuario.
Por último, es esencial realizar una gestión adecuada de los recursos generados durante este proceso para prevenir cargos innecesarios y adoptar mejores prácticas en la arquitectura de soluciones en la nube. Las zonas locales de AWS representan, sin lugar a dudas, un avance significativo para mejorar la experiencia del usuario y optimizar el rendimiento de las aplicaciones de inteligencia artificial conversacional.