Con el cierre de las elecciones en Estados Unidos, la Electronic Frontier Foundation (EFF) se prepara para enfrentar desafíos futuros con renovada determinación. Manteniendo su misión de asegurar que la tecnología sirva a las personas y no las controle ni silencie, la EFF reafirma su compromiso de defender la privacidad de los usuarios, la libre expresión y la innovación, sin importar los obstáculos que surjan en este nuevo capítulo del país.
Durante la administración anterior de Trump, la EFF no solo se mantuvo firme en la defensa de los derechos digitales, sino que también logró avanzar significativamente a nivel nacional y local. En apoyo a los manifestantes, ampliaron sus guías de autoprotección contra la vigilancia y desarrollaron herramientas educativas para garantizar que los ciudadanos puedan ejercer sus derechos de manera segura.
La organización ha sido enfática en su oposición a la vigilancia facial gubernamental, promoviendo restricciones municipales para combatir esta tecnología invasiva. Además, la EFF desempeñó un papel crucial en la expansión de las protecciones de datos móviles a través del caso Carpenter v. Estados Unidos, que estableció que las empresas telefónicas no pueden entregar información de ubicación sin una orden judicial.
En los últimos años, la EFF ha respondido a intentos de gobiernos y empresas para revertir protecciones ya establecidas. Ha defendido la privacidad en la mensajería privada frente a propuestas de «puertas traseras» y escaneos de cliente, y también ha protegido la Sección 230, crucial para la libertad de expresión en línea. Durante la pandemia de COVID-19, la organización analizó y resistió medidas que podrían invadir la privacidad bajo el pretexto de la salud pública.
De cara a los próximos cuatro años, la EFF ha delineado una serie de iniciativas, entre ellas, la defensa de los derechos de privacidad en comunidades fronterizas y el fortalecimiento de las guías de autoprotección contra la vigilancia. También han avanzado en la defensa de los derechos reproductivos y la limitación del acceso a datos de salud por parte de las fuerzas del orden, trabajando en conjunto con movimientos de justicia reproductiva.
Una herramienta clave será un informe de transición que enviarán a la próxima administración, abordando temas cruciales como la competencia, la inteligencia artificial, la propiedad intelectual y la privacidad. Conscientes de que el camino por delante será desafiante, la EFF se prepara para un futuro incierto, pero con la determinación de seguir luchando por los derechos de los usuarios, independientemente de quién esté en el poder.
La organización enfatiza que su objetivo es luchar por los derechos de los ciudadanos, y no en contra de empresas o administraciones específicas, subrayando que su esfuerzo se centra en la gente.