El 2 de diciembre de 2008, Policlínica Gipuzkoa dio un paso trascendental al introducir la cirugía robótica en el tratamiento del cáncer de próstata, marcando con ello un hito en el ámbito de la medicina en la región. Más de 15 años después, esta institución sigue liderando la innovación tecnológica en el campo quirúrgico y ha organizado un Aula de Salud para abordar los progresos realizados desde entonces. El evento, abierto al público, se llevará a cabo el 24 de octubre a las 19:00 horas en la Sala de Prensa del Reale Arena, y contará con la participación de destacados profesionales como Gregorio Garmendia, urólogo, y José Luis Elósegui, cirujano general y del aparato digestivo, ambos pertenecientes a Policlínica Gipuzkoa.
José Luis Elósegui resalta cómo la adopción de la cirugía robótica ha transformado el ámbito de la cirugía digestiva, ofreciendo posibilidades de intervención más precisas y menos invasivas. En palabras de Elósegui, «la cirugía robótica, al igual que la laparoscópica en su día, ha transformado el panorama quirúrgico, ofreciendo una precisión sin precedentes, especialmente en procedimientos complejos como los de suelo pélvico». La capacidad del sistema robótico para realizar suturas complejas se presenta como una ventaja significativa en cirugías delicadas, como las pélvicas.
Por su parte, Gregorio Garmendia subraya los importantes avances logrados en el campo de la Urología. Comenta que, aunque inicialmente las principales aplicaciones de la cirugía robótica se centraban en el tratamiento del cáncer de próstata y tumores renales, actualmente también se emplea en cistectomías y procedimientos reconstructivos. Este avance tecnológico ofrece múltiples beneficios postoperatorios, tales como menor dolor, una recuperación más rápida y una mejor preservación de funciones críticas como la continencia urinaria y la función eréctil posterior a una prostatectomía. «La cirugía robótica nos permite realizar procedimientos con mayor precisión, lo que redunda en una mejor calidad de vida para el paciente», añade Garmendia.
La experiencia clínica refuerza estos avances. Un ejemplo destacado es el caso de I.L., un paciente de 62 años que fue operado mediante una nefrectomía parcial asistida por el robot Da Vinci, bajo la intervención de Garmendia. Su rápida recuperación y ausencia de dolor son testimonio del impacto positivo de esta tecnología. «No tuve dolor en ningún momento, y al día siguiente ya estaba caminando por el pasillo, y al siguiente ya estaba en casa», comparte I.L.
José Luis Elósegui concluye afirmando que, aunque la adopción masiva de la cirugía robótica lleva tiempo, esta es una tecnología que «ha llegado para quedarse». Los beneficios tanto para pacientes como para profesionales médicos son innegables, estableciendo un nuevo estándar en el ámbito quirúrgico.