Rentokil Initial y la Solución a los Problemas de la Procesionaria: Comparativa con Otras Orugas

La procesionaria del pino, conocida científicamente como Thaumetopoea pityocampa, está generando gran preocupación este año debido a su descenso anticipado de los pinos, un fenómeno que se relaciona con el cambio climático. Esta oruga, famosa por su comportamiento en fila india, es considerada una de las especies más dañinas de la península ibérica. Su contacto puede provocar reacciones alérgicas graves en personas y animales, especialmente en los perros, que pueden experimentar complicaciones respiratorias y necrosis en los tejidos sensibles tras el contacto con sus pelos urticantes.

Las autoridades de varias provincias, incluyendo Málaga, Zaragoza, Valencia, Madrid y Tarragona, han intensificado sus esfuerzos para controlar la plaga, anticipándose a una primavera que ha llegado antes de lo esperado. La situación es especialmente alarmante, ya que la oruga procesionaria se alimenta de las hojas de los pinos, lo que debilita a los árboles y los hace más vulnerables a otras plagas y enfermedades.

No todas las orugas son peligrosas, sin embargo. Existen otras especies en el entorno, como la oruga de los prados (Ocnogyna baetica) y la polilla arlequín (Epicallia villica), que son inofensivas y no representan un riesgo significativo ni para las personas ni para las mascotas. La oruga de los prados, que se encuentra principalmente en el sur de la península, se caracteriza por su color marrón oscuro y su aspecto lanoso. Por su parte, la polilla arlequín, de color negro con manchas naranjas, prefiere ambientes de praderas y matorrales.

Para prevenir situaciones peligrosas, es fundamental identificar correctamente a la procesionaria del pino. Se distingue por su color marrón oscuro, sus pelos anaranjados y grisáceos, y su característico comportamiento en fila. Esta oruga habita principalmente en pinares mediterráneos, donde durante el invierno se refugia en nidos, aunque los cambios climáticos la han obligado a descender antes, aumentando el riesgo de contacto con personas y mascotas.

Iñigo García Uriarte, responsable del Centro de Excelencia de Aves y Fitosanitarios de Rentokil Initial, subraya la importancia de implementar medidas de control durante todo el año para gestionar adecuadamente la población de esta plaga. Recomienda el uso de trampas físicas en los árboles durante la primavera para capturar a las orugas y reducir el daño. También hace un llamado a la ciudadanía para que se familiarice con las características de las distintas orugas, lo que resulta vital para evitar incidentes y permitir que las autoridades actúen de manera efectiva en la gestión de esta amenaza, protegiendo así la salud pública y el bienestar de las mascotas.