El 29 de enero de 1886, la historia del transporte dio un giro radical con la patente del primer automóvil. Este logro fue obra del ingeniero alemán Carl Benz, quien introdujo un vehículo innovador en una época dominada principalmente por la tracción animal y el vapor. La patente, número DRP 37435, no solo representó un avance en la ingeniería, sino que también marcó el inicio de la industria automotriz a nivel mundial, con Daimler AG, reconocido hoy como Mercedes-Benz, a la cabeza.
La patente de Benz fue un documento sencillo en comparación con las complejas solicitudes actuales; contenía los planos del automóvil y simbolizaba una nueva era en la movilidad. Desde su reconocimiento en 2011 como parte del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO, se ha consolidado como un ícono del progreso y la innovación.
Carl Benz no solo patentó el primer automóvil; también lo fabricó en 1885. Su creación, el Motorwagen, era un vehículo de tres ruedas impulsado por un motor monocilíndrico de cuatro tiempos que alcanzaba una velocidad máxima de 16 km/h. El debut público del Motorwagen se produjo el 3 de julio de 1886 en Mannheim, pero fue su esposa Bertha Benz quien, en 1888, realizó el primer viaje de larga distancia en un automóvil, recorriendo 96 kilómetros y demostrando su viabilidad práctica.
A partir de ese momento, el avance en la tecnología automotriz se aceleró. Desde el Motorwagen, que vendió solo 25 unidades entre 1886 y 1893, hasta la introducción del Velo Benz en 1894, las innovaciones de Benz y otros pioneros transformaron el diseño, la seguridad y la eficiencia de los vehículos.
Entre los datos curiosos sobre la patente del primer automóvil destacan el uso de éter de petróleo como combustible, adquirido en farmacias por Bertha Benz durante su famoso viaje. La producción inicial fue limitada, con solo 25 unidades vendidas en los primeros años. Sin embargo, su legado perdura, ya que los logros de Karl Benz sentaron las bases de una industria que ha evolucionado enormemente.
La patente del primer automóvil ha demostrado ser un símbolo no sólo del ingenio humano, sino también de cómo la movilidad personal ha cambiado la sociedad. Desde aquel día en 1886, la vida cotidiana ha estado marcada por la influencia de este innovador invento, que continúa inspirando avances en la tecnología y el transporte. La visión de Carl Benz ha impactado el mundo de formas que aún asombran, y reflexionar sobre su legado plantea una pregunta provocativa: ¿cómo sería la vida moderna sin la existencia del automóvil?
