Mientras las necesidades humanitarias en Costa Rica alcanzan niveles críticos, la reciente reducción del 41% en los fondos destinados a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha afectado gravemente la capacidad de esta organización para prestar asistencia a las personas desplazadas en el país. Ruvendrini Menikdiwela, Alta Comisionada adjunta de ACNUR para la Protección, ha señalado que las tensiones políticas y sociales en Nicaragua han provocado que miles de personas crucen la frontera en busca de refugio en Costa Rica, un país que ha mantenido una sólida tradición de asilo.
A marzo de 2025, Costa Rica albergaba más de 194.000 solicitantes de asilo provenientes de Nicaragua y contaba con 9.216 refugiados reconocidos, lo que representa más de la mitad de los nicaragüenses desplazados en el ámbito global. Este grupo de refugiados y solicitantes constituye alrededor del 4% de la población total de Costa Rica, que asciende a 5,1 millones de habitantes, y el 83% de todos los refugiados y solicitantes de asilo del país.
La disminución de la ayuda humanitaria, que incluye asistencia financiera vital, ha sido fundamental para que miles de nicaragüenses puedan acceder a apoyo jurídico, tramitar sus solicitudes de asilo y continuar con otros procedimientos legales. Además, se ha visto afectado el acceso a servicios esenciales en áreas como protección infantil, salud mental, educación y empleo, especialmente para mujeres, niños y personas en situaciones de mayor vulnerabilidad.
Pese a los esfuerzos, el sistema de asilo en Costa Rica se enfrenta a una presión significativa. La reducción de financiamiento ha llevado a la suspensión o drástica disminución de muchos servicios esenciales, afectando considerablemente la asistencia a las comunidades que más la necesitan, especialmente en regiones remotas. La capacidad de registrar nuevos solicitantes de asilo se ha reducido en un 77%, lo que retrasa su acceso a la documentación necesaria para empleo, atención sanitaria y educación. Actualmente, hay más de 222.000 solicitudes de asilo pendientes que incluye a personas de diversas nacionalidades, lo que pone en riesgo la efectividad del sistema de protección.
Costa Rica ha mostrado un compromiso extraordinario ante el desplazamiento forzado, reafirmando su dedicación a través de su participación en iniciativas como el Pacto Mundial sobre Refugiados y el Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones. Sin embargo, la falta de recursos suficientes amenaza su capacidad para ayudar a los refugiados a integrarse y prosperar en el país.
Menikdiwela ha hecho un llamado a gobiernos, donantes privados y a la comunidad en general a implicarse activamente para asegurar que la protección de estas poblaciones no falle en los momentos más críticos. ACNUR ha lanzado un llamado urgente a la comunidad internacional para aumentar su apoyo y así mantener las operaciones esenciales que salvan vidas en Costa Rica, advirtiendo que se requieren 40,4 millones de dólares para continuar con su labor crítica durante el año en curso.