Gracias a los muchos programas de decoración que echan por la tele (y que no son todos los que triunfan fuera de España), las islas en la cocina se han convertido en un «objeto» de deseo. Sin embargo, en el afán por poner una isla en la cocina, puedes acabar cometiendo errores que, más que ayudar a que se vea bien, hace que esa estancia se estropee por completo.
Para evitarlo, hemos pensado en recopilar todos los errores que se cometen y la solución que consideramos más adecuada para que no tengas que prescindir de tu amada isla en la cocina, sino que puedas tenerlo todo.
Soluciones y problemas con una isla en la cocina
No te vamos a engañar. Una isla en la cocina está bien, pero cuando hay un espacio adecuado para ello. Si tu cocina es muy pequeña, colocar una isla lo único que va a suponer es que pierdas espacio, y no te sobra.
Pero siempre hay soluciones, y aunque no sea una isla, hay otras opciones que puedes tener en cuenta. Ahora bien, no es el único error que se comete cuando se pone una isla en la cocina. ¿Quieres conocer otros? ¿Y cómo resolverlos?
Error 1: ¿Para qué sirve una isla en la cocina?
Vale, has visto la redecoración de una cocina y te has enamorado de esa isla. De hecho, sabes que en Ikea, Leroy Merlín o en otra tienda similar hay una igualita. Y la quieres. La compras, colocas y… ¿para qué querías la isla de la cocina?
En realidad, hay muchos usos por los cuales comprar y colocar una isla en la cocina. Puede ser que la quieras para desayunar, para comer, para preparar alimentos, para meter en ella algunos electrodomésticos… Pero, ¿lo has pensado?
Primero de todo sé objetivo y piensa para qué vas a usar la isla. Si es para electrodomésticos, no te va a servir para comer, porque no podrás meter las piernas y será incómodo comer así. Si lo usas para comer, no puedes poner trabas.
Error 2: Una isla con los asientos equivocados
Pues sí. Imagina que has comprado la isla y que has querido hacerte también con unos taburetes o un banco precioso y baratísimo. Y ahí que vas a tu cocina, lo colocas y te sientas en ese maravilloso taburete o banco. Espera, ¿qué pasa?
Muchas veces se comete el error de comprar una y un taburete que no «casan». Y no porque no combinen bien (que también puede ser) sino porque son demasiado bajos, o altos, para esa isla. Lo que provoca que se vuelva incómodo usarlo (y al final se queden muertos de risa porque no los usas).
Así que antes de salir de la tienda, prueba que realmente te sientes cómodo usándolo. Porque también puede ocurrir que, a la larga, no te guste usarla como zona de comida, y entonces, ¿para qué perder dinero en unos taburetes que no vas a usar?
Error 3: ¿Y la iluminación en la isla de la cocina?
Pues sí, es otro de los errores que vas a cometer, y que tiene fácil solución… más o menos. Y es que la isla en sí misma necesita una zona de iluminación para ella sola. Porque la luz general no es suficiente. Por eso, hay que colocar una lámpara sobre ella que ilumine de manera correcta esa zona.
Pero tiene un problema, y es que si la cocina es pequeña, esa lámpara, con la que hay, puede chocar. Así que tendrías que redistribuir la iluminación (y eso puede ser un poco más costoso).
Error 4: No intentes meter un elefante en una caja de zapatos del 37
¿A que no cabe? Pues la isla en la cocina pasaría lo mismo. Está bien que quieras una, pero si los metros de tu cocina no son suficientes para ello, por mucho que quieras no deberías hacerlo.
La cocina es un lugar en el que necesitas moverte, no estar sorteando obstáculos o chocándote con muebles. Eso sería lo peor que puedes hacer porque no solo va a estropear el trabajo en ella, sino que hará que no tengas funcionalidad y que, al final te sientas incómoda en la cocina.
¿Solución? Claro que sí. Hacer más grande la cocina perdiendo metros de otras habitaciones. Pero a veces eso no es posible, tanto por espacio como por presupuesto, así que solo podrías redecorar la cocina para que pudiera encajar una pequeña si es tu afán.
Error 5: pensar que debe ir en el centro
Sí, es lo que en todos los programas de televisión se ve. Pero no tiene por qué ser así. Es decir, puedes considerar poner una isla en la cocina que haga la función de mesa para comer (si eres de los que come en la cocina). O incluso, si tu casa es pequeña, que sea la mesa del comedor.
Eso quiere decir que no tiene por qué estar siempre en el centro de la cocina, puede estar delimitando espacios, como por ejemplo la parte de un salón y la cocina. O colocarla en un lado de la pared con un banco como asiento y que sea también una isla.