El cohete Starship de SpaceX, diseñado por Elon Musk para llevar a cabo futuras misiones a Marte, logró alcanzar la órbita terrestre el pasado martes 27 de mayo. Sin embargo, la alegría inicial se tornó en desilusión cuando la nave se rompió y cayó al Océano Índico debido a fugas de combustible durante su noveno vuelo de prueba.
El lanzamiento fue retransmitido en directo y comenzó con una cuenta atrás que se detuvo durante varios minutos antes de que el cohete despegara desde Starbase, una base recién inaugurada en las cercanías de Brownsville, en la frontera con México. Con una altura de 121 metros, el Starship consta de dos partes: el propulsor Super Heavy, equipado con 33 motores Raptor, y la nave espacial de segunda etapa, conocida también como Starship.
A pesar de que el despegue fue considerado exitoso en comparación con las dos pruebas anteriores, que terminaron en explosiones poco después del lanzamiento, SpaceX perdió contacto con la nave aproximadamente una hora después de haberla puesto en órbita. Dan Huot, responsable de comunicación de la empresa, explicó que esta pérdida de control se debió a las fugas de combustible, fundamentales para garantizar la correcta orientación durante la reentrada a la atmósfera.
El cohete también falló en abrir un portón que debía permitir el despliegue de varios satélites simulados de Starlink, uno de los objetivos clave de la misión. Además, no pudo comprobar la efectividad de sus escudos térmicos. Musk, a través de un mensaje en la red social X, describió la separación programada del motor de la nave como un avance significativo respecto a vuelos anteriores, aunque admitió que la fuga de combustible fue un factor determinante en el resultado final de la misión.
A pesar de los contratiempos, Musk mantuvo una actitud optimista, señalando que las lecciones aprendidas durante este vuelo contribuirán a mejorar la fiabilidad del cohete en futuras misiones. También anunció su intención de aumentar la frecuencia de los vuelos, planeando realizar uno cada tres o cuatro semanas.
El magnate ha manifestado su visión de que el Starship facilitará la colonización de Marte, un planeta que ha sido objeto de 18 misiones espaciales, todas ellas no tripuladas. En entrevistas previas al lanzamiento, Musk había expresado confianza en que los problemas enfrentados en vuelos anteriores habían sido solucionados, subrayando la importancia de recopilar datos para mejorar el diseño de las naves.
La Administración Federal de Aviación (FAA) informó que está al tanto de una anomalía en la misión y aseguró que está colaborando con SpaceX. Además, descartó cualquier daño material o personal en relación con el incidente. Recientemente, la FAA había dado luz verde a SpaceX para incrementar sus vuelos de prueba hasta un total de 25 por año, a pesar de las críticas provenientes de grupos ambientalistas.