El Foro del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo 2025 se está celebrando en un contexto crítico, según lo afirmó el Secretario General de la ONU, António Guterres. Durante su discurso, Guterres destacó las duras realidades que enfrenta la comunidad internacional, resaltando que la asistencia de los donantes está disminuyendo a un ritmo alarmante, lo que pone en riesgo el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que parecen cada vez más inalcanzables. La ONU estima un déficit de financiamiento anual de aproximadamente 4 billones de dólares.
Uno de los desafíos más importantes que mencionó es la disminución de la colaboración global, un factor que representa un riesgo significativo a medida que se aproxima el plazo de cinco años para cumplir con los ODS. En este sentido, la Conferencia de Sevilla, programada para julio, se perfila como una oportunidad vital para abordar estos problemas de manera directa.
Guterres también indicó que, si se gestiona adecuadamente, la deuda externa puede ser utilizada como una herramienta positiva para el desarrollo. Sin embargo, la situación actual es preocupante, ya que el costo del servicio de deuda para las economías en desarrollo ha alcanzado más de 1,4 billones de dólares anuales, lo que limita gravemente la inversión en áreas críticas como la educación, la salud y las infraestructuras. La Conferencia de Sevilla tiene como objetivo concretar un compromiso de los Estados miembros para reducir el costo de los préstamos y mitigar la crisis de deuda.
El papel de los bancos multilaterales de desarrollo fue otro punto destacado por Guterres. Propuso triplicar su capacidad de préstamo para aumentar su impacto y aprovechamiento, sugiriendo que una movilización más intensa de financiamiento privado a tasas razonables es esencial para los países en desarrollo. Además, hizo hincapié en la necesidad de garantizar que la financiación sea redistribuida equitativamente entre aquellos que más lo necesitan.
En el ámbito nacional, los gobiernos deben fortalecer la movilización de recursos y colaborar con el sector privado para invertir en sistemas críticos. A nivel global, es esencial establecer un régimen fiscal inclusivo que aplique normas fiscales internacionales de manera equitativa. Guterres concluyó mencionando que la financiación del desarrollo es crucial para el futuro del sistema multilateral y para abordar retos como la pobreza y la crisis climática.
Por su parte, Bob Rae, presidente del ECOSOC, subrayó la importancia de promover el diálogo y el intercambio de ideas para construir un futuro sólido en el desarrollo financiero. Hizo un llamado a los países con economías avanzadas para que asuman su responsabilidad global de apoyar a aquellos en crisis, recordando que frente a problemas comunes no hay soluciones nacionales, sino únicamente globales.