¿Qué colores son mejores para utilizar en habitaciones poco luminosas?

Llega el momento de pintar las paredes de una casa y enseguida comienzan a aparecer dudas. ¿De qué color pinto mi piso? ¿Quedará bien el color que me gusta si mi piso no tiene mucha luz?

Estancias como el pasillo, el recibidor, un vestidor o incluso habitaciones que están orientadas hacia el norte, tienen una ventana pequeña o dan a un patio interior, reciben poca luz natural. En estos y otros casos, los expertos de Pintores Arte recomiendan ganar sensación de luz y espacio gracias a los colores.

El sentido común sugiere pintar de blanco, un color que siempre genera luminosidad, y siempre será un acierto seguro, aunque en habitaciones muy oscuras puede que cause sensación de frialdad. La razón es la siguiente: el blanco es un color que refleja la luz que recibe, pero si es escasa como en los espacios oscuros que se han citado, puede que el aspecto de la estancia resulte apagado.

Esto no significa que si te gusta el blanco lo descartes, ya que no hay un solo tono de blanco, es un color con muchos matices. Si tiene un trasfondo rosa, amarillo o verde, quedará muy bien. Otra opción es aplicar un acabado satinado para que aporte más brillo, aunque cada vez más gente se inclina por el acabado mate.

También se puede tener en cuenta otras ideas de tonos muy recomendables para estancias oscuras y los trucos que los profesionales utilizan para hacer que la casa parezca más luminosa, independientemente de la orientación que tenga.

Los mejores colores para las paredes de las habitaciones oscuras son el amarillo, los tonos tierra o neutros cálidos y las tonalidadades intensas como el púrpura, el verde oscuro, el color chocolate o el negro, aunque pueda parecer sorprendente.

Amarillo y tonos neutros cálidos

El amarillo es el mismo reflejo que da la luz del sol, por lo que da la sensación de claridad, aunque para algunas personas es un color que puede resultar cargante. Si se buscan matices más claros o colores que lo incorporan como los tonos tierra, arena claro o los neutros cálidos como el camel, o los que mezclan gris y beige como el color taupé, son ideales para habitaciones oscuras, porque consiguen transmitir una apariencia cálida e íntima.

Con estos colores mencionados, si se mezclan entre las paredes y se mantienen en la decoración, la estancia queda perfecta y genera mayor luminosidad.

Colores intensos

Si las tonalidades más intensas son de tu agrado, colores como el púrpura, el verde oscuro, el chocolate o el negro, tienen la ventaja de que absorben la luz, desdibujan los bordes y las esquinas. Estos tonos consiguen crear la ilusión óptica de un espacio más grande y es el truco perfecto para acabar con el problema de falta de luz.

También las tonalidades naranjas como serían los colores como el curry o el pimentón pueden convertirse en la excusa perfecta para aportar mucha más personalidad a un ambiente de por sí soso y oscuro.

Si se juega con tonos anaranjados y colores como el amarillo y el crema en detalles como la decoración o en los rodapiés, se le puede dar mucha identidad a la estancia.

Blanco y otros tonos claros

Cuando el blanco es un color con el que te identificas, no lo descartes. El truco está en utilizarlo en zonas concretas o de manera decorativa cuando se tienen estancias muy oscuras.

Pintar los techos de blanco es la opción perfecta para que la habitación de la sensación de mayor luminosidad y amplitud. También es muy recomendable este color o tonos como vainilla, marfil o madera claro en los muebles. 

Por otra parte, las tonalidades más claras de azul o rosa aportan luminosidad a una habitación con falta de luz.