En los días en los que el frío aprieta de lo lindo, no haya nada mejor como quedarse encerrado en casa disfrutando del calor de nuestra calefacción. Para que la calefacción rinda a máximo nivel y nos proporcione todo el confort que buscamos, es necesario realizar un mantenimiento de la caldera para evitar que esta se averíe en el momento menos oportuno. Para llevar a cabo este mantenimiento, no hay nada como confiar en un buen profesional que se encargue de ponernos a punto nuestra caldera cada año. Debido a su importancia, hoy os vamos a mostrar algunos consejos para un buen mantenimiento, aunque os recomiendo visitar este sitio para encontrar más información.
Limpiar el interior de la caldera
Es importante realizar la limpieza de la parte interior de la caldera, al menos una vez al año. De esta forma, se evitarán la aparición de averías importantes, pudiendo detectar cualquier pequeña anomalía. Lo que se busca con esta limpieza es acabar con todas aquellas impurezas que puedan acumularse en las paredes de la caldera. No realizar este tipo de limpiezas puede provocar un aumento de los gases tóxicos que son expulsados al medio ambiente. Eso sí, que la limpieza la haga un técnico especializado en este tipo de trabajos.
Limpiar filtros y quemadores
Otra de las zonas a limpiar son los filtros y los quemadores que forman parte de la caldera. Limpiando el filtro, estaremos reduciendo las impurezas que provocan que aumente el consumo de la caldera, disminuyendo su rendimiento. Por otro lado está el quemador, que siempre deberá estar lo más limpio posible para evitar la acumulación de polvo y que de esta forma rinda lo mejor posible.
Revisar el estado de la llama
Una tarea que podemos hacer nosotros mismos es la de revisar el estado de la llama. Se trata de fijarnos si la llama está siempre al mismo tamaño. Si lo está, es señal de que todo va bien. En el caso de que no sea así, lo más recomendable es llamar a un técnico para que mire si hay algún tipo de problema.
Comprobar la presión del agua
Se trata de un mantenimiento básico para que la caldera funcione en perfectas condiciones. Lo recomendable es que esta presión sea de 1.5 bares. Para ello, de forma periódica deberemos revisar que esta presión no disminuye. En el caso de que sea así, lo único que deberemos hacer en abrir la llave del agua hasta que la presión alcance ese valor. Si la presión baja mucho, la caldera consumirá más y también sufrimos el riesgo de que se averíe.
Revisión de los radiadores
En sí no se trata de la caldera, pero los radiadores están estrechamente relacionados este elemento. En el caso de que notemos que el radiador hace ruido o que este no calienta bien, deberemos de purgarlo para sacarle todo el aire que tiene en su interior. Una vez hecho esto, será recomendable revisar la presión de la caldera por si hubiera bajado algo.
Revisión de la cámara de combustión
Es necesario llevar a cabo la revisión del estado de la cámara de combustión de forma periódica, limpiándola al menos una vez al año. En esta limpieza, hay que extraer el hollín que se pueda haber producido así como las cenizas.
Realizar un mantenimiento periódico de la caldera, nos puede ayudar a evitar averías que se pueden traducir en importantes gastos. Confía en técnicos especializados en este trabajo para conseguir alargar la vida de tu caldera.