En el panorama laboral actual, la formación de empleados se ha convertido en un beneficio esencial que cada vez más empresas están ofreciendo a su plantilla, impulsadas por la alta demanda de nuevas habilidades. Sin embargo, enfrentar la realidad de exceso de trabajo, la falta de organización, y la difícil conciliación con la vida personal, ha llevado a muchos trabajadores a abandonar los cursos de capacitación antes de completarlos. Esta problemática es una preocupación importante tanto para empleados como para empresas, que ven en estos abandonos una amenaza a la competitividad y al crecimiento profesional.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, para el año 2027, el 60% de los trabajadores necesitará algún tipo de formación para mantenerse competitivos en el mercado laboral. Sin embargo, un informe reciente de Cobee, «Informe de Tendencias en Beneficios para Empleados y Empleadas», indica que el 33% de los empleados en España carece de tiempo para formarse, a pesar de que les gustaría hacerlo. Las causas principales son una excesiva carga de trabajo, la falta de organización y la dificultad para equilibrar la vida personal con la profesional, lo que resultante en un significativo abandono de los programas de capacitación.
Esta situación plantea un reto considerable para las empresas, que dependen de la formación continua de sus empleados para mantener la competitividad y relevancia en un mercado en constante evolución. La falta de finalización de la formación por parte de los empleados puede afectar negativamente la productividad y la calidad del trabajo. Por otro lado, los empleados que abandonan la formación pierden la posibilidad de adquirir habilidades y conocimientos esenciales, lo que limita su desarrollo profesional y puede aumentar su insatisfacción laboral.
Cristina Morán, Directora B2B de The Valley, destaca que "las empresas no deben limitarse a ofrecer la posibilidad de formación, sino evitar su abandono". Morán subraya la importancia de implementar formatos de formación que se adapten tanto a la vida profesional como personal de los empleados, como la formación online, cursos modulares o programas con horarios flexibles. «Asegurarse de que los empleados completen sus formaciones significa contar con un equipo más cualificado, lo que puede traducirse en una mayor productividad, innovación y competitividad en el mercado», apunta Morán. También menciona que un personal bien capacitado es más adaptable a los cambios y desafíos, reforzando la autoestima y confianza de los empleados, y abriendo nuevas oportunidades profesionales.
Frente a esta problemática, los expertos de The Valley, una escuela de negocios especializada en formación In Company, sugieren cinco estrategias que las empresas pueden implementar para mantener el compromiso y apoyo a sus empleados, ayudándoles a superar las dificultades que podrían llevarlos a abandonar:
Fomentar el microlearning: Ofrecer formación en cápsulas breves y concisas permite a los empleados aprender a su propio ritmo y en momentos que se ajusten a su agenda. La flexibilidad para acceder a los contenidos en cualquier momento y lugar también es crucial.
Un aprendizaje más personalizado: Adaptar las formaciones a las necesidades individuales de cada empleado maximiza la relevancia y la aplicabilidad. Rutas de aprendizaje personalizadas aumentan la efectividad de la formación y mejoran el compromiso.
Flexibilidad en tiempo y recursos: Asignar horas específicas dentro del horario laboral para la formación y ofrecer «días de estudio» puede aliviar la presión de equilibrar trabajo y aprendizaje. Proporcionar recursos adecuados también es esencial.
Seguimiento y soporte continuos: Realizar un seguimiento regular del progreso de los empleados y ofrecer asistencia proactiva ayuda a resolver obstáculos rápidamente. Un seguimiento eficaz incluye apoyo personalizado a través de mentores, tutores o recursos adicionales.
- Crear una comunidad de apoyo dentro de la empresa: Fomentar una cultura de aprendizaje colaborativo ayuda a los empleados a sentirse parte de una comunidad que valora el aprendizaje continuo. Esto puede aumentar la motivación y la probabilidad de completar las formaciones.
Con estas estrategias, las empresas pueden no solo mejorar la tasa de finalización de los programas formativos, sino también fortalecer la satisfacción y el desempeño de sus empleados, lo que a largo plazo se traduce en un entorno empresarial más competitivo y dinámico.