El Museo del Prado ha dado un paso significativo en el enriquecimiento de su colección al presentar dos nuevos lienzos del pintor enigmático Johannes Hispanus, inspirados en la famosa obra «El Decamerón» de Giovanni Boccaccio. Este escritor renacentista es conocido por sus relatos cargados de intriga y emoción, y ahora, a través del arte de Hispanus, estas historias cobran vida en una de las instituciones culturales más prestigiosas de España.
Johannes Hispanus, un pintor español que exploró los paisajes artísticos del norte y centro de Italia a finales del siglo XV e inicios del XVI, es principalmente conocido por su notable obra «Deposición en el sepulcro». Sin embargo, su renombre no se ha equiparado al de otros artistas de su tiempo. Con la incorporación de estos nuevos lienzos, realizados durante su etapa florentina y relacionados estrechamente con el taller de Perugino, el Prado brinda una oportunidad excepcional para apreciar su talento único.
Las obras destacan por su paisaje extraordinariamente detallado y la atmósfera mágica que evocan. La elección de una temática profana añade un valor significativo, introduciendo una iconografía poco común en la colección de pintura del Quattrocento del museo. Los cuadros transportan al espectador al vibrante ambiente florentino de la época, recordando a maestros como Piero di Cosimo y Sandro Botticelli.
La narrativa representada en los lienzos relata el episodio dentro del «Decamerón» en el que Ifigenia, una joven de notable belleza, es descubierta mientras duerme en un bosque por Cimón, un noble chipriota. Fascinado por su belleza, Cimón emprende un viaje de autoeducación y refinamiento para conquistar su amor. Hispanus captura dos momentos cruciales de este relato: el primer lienzo presenta a una joven dormida, elegantemente vestida, cerca de una fuente, mientras Cimón observa atentamente; el segundo muestra a Ifigenia semidesnuda ante la arboleda, admirada por un asombrado Cimón.
Estas obras no solo reflejan la extraordinaria habilidad artística de Hispanus, sino que también revelan la profunda influencia del neoplatonismo florentino, con su énfasis en el poder civilizador y redentor de la belleza femenina como símbolo de perfección y verdad. La llegada de estos lienzos al Museo del Prado ofrece a los visitantes una ventana sin precedentes hacia la interpretación renacentista de este cautivador pintor español, enriqueciendo aún más la narrativa artística de la institución.