Una de los cuartos que da más alegría decorar es la habitación del bebé. No sabemos el porqué, pero siempre nos saca una sonrisa y hace que esa niña o niño interior que llevamos dentro se revele y quieras volver a sentirse así, como un niño.
De hecho, lo habitual es que te sientas más ilusionada por esa habitación y quieras que quede muy infantil, escogiendo detalles que a ti te gustan y que esperas que también le gusten a tu bebé. Por eso, hoy queremos darte unas ideas para esa habitación infantil que hará que te acerques más a ese momento especial.
Lo imprescindible de la habitación del bebé
Si ya tienes el cuarto especial para que se convierta en la habitación del bebé, entonces es hora de ponerte manos a la obra. Pero, antes de empezar a decorar, conviene que tengas en cuenta algunas cosas.
También, una ayuda que te puede venir bien son las aplicaciones de móvil para decorar. Te pueden ayudar a crearte una idea de cómo quedaría la habitación según la decoración que uses.
1. Tonos neutros
Antiguamente, y lo cierto es que también ahora, cuando el médico te decía que ibas a tener una niña, podía darse el caso de que, de repente, lo que naciera fuera un niño. Y al contrario. Esto ocurría porque las ecografías no estaban, ni están, realmente certificadas al 100% para hacer un diagnóstico preciso. Vamos, que depende de la interpretación del médico en muchos casos.
Gracias a las técnicas como las ecografías 3D y 4D, la cosa cambia un poco más. Pero también dependemos de si el bebé se deja ver.
Entonces, a la hora de montar la habitación del bebé, nuestra mayor recomendación es la de usar tonos neutros. Es decir, un tono blanco, beige, amarillo, verde, etc. Son colores que no definen el género de tu bebé y que harán de su cuarto el mismo efecto que si lo decoraras con otros colores más femeninos o masculinos.
Aunque, si lo has pintado en rosa y es un niño, tampoco te alteres. Al principio, el color de los niños era el rosa; y el azul lo llevaban las niñas.
2. Decora una sola pared
Por norma general, las habitaciones tienen cuatro paredes. Decimos por norma general porque puede darse el caso de que una de esas paredes esté formada por un armario, y por tanto la pierdes para jugar con ella.
Pues bien, de las paredes restantes, una de ellas hazla diferente. Puedes crear un mural especial, dibujar algo, poner papel pintado, lo que se te ocurra.
Esa pared suele ser siempre donde va a estar la cuna, ya que buscas centrar la atención en esa parte de la habitación del bebé. Por eso, has de escoger una decoración acorde con el resto de elementos decorativos.
3. El resto de elementos
La habitación de bebés no tiene demasiados «trastos». En general, tendrá su cuna, una cómoda para su ropa (en caso de que no tengas un armario, ante lo cual esa cómoda puede ser para bañarlo), una mecedora y algún asiento que usarás también para subir los pies. El resto es más de manera decorativa.
Según hayas decorado las paredes, podrás escoger una decoración u otra. Por ejemplo, si has querido pintar la pared con toques marinos, nada mejor como dejar por la habitación peluches de peces, de sirenas, etc. que vayan acorde con la decoración. Lo mismo en colores (las sábanas de la cuna en franjas blancas y azules, tonos marinos, etc.).
Si lo que escoges son diseños naturales, una planta a modo de decoración también puede venir bien. Junto a las estanterías, puedes colgar animales, flores, etc.
4. Pensando en el futuro
Normalmente, la habitación del bebé no va a ser para siempre, porque conforme el bebé crezca se irá convirtiendo en su cuarto, y este evoluciona con la edad. Por eso, te recomendamos que pienses desde el principio en aquellos mobiliarios que puedan crecer con el bebé, para no tener un desembolso cada pocos años porque tengas que cambiar su cuarto.
Por ejemplo, puedes apostar por armarios, cajoneras y otros muebles que sean atemporales y que no reflejen realmente una temática de bebé, sino que puedan usarse después para guardar juguetes, para ropa, para ordenar, etc.
Algunos muebles no tendrás más remedio que tirarlos, o reciclarlos, pero otros sí que te van a valer más tiempo. Y otros, con un poco de maña, los puedes transformar en otra cosa.
5. La cuna es el centro
Pues sí, es una realidad. La cuna es la más importante y la que decidirá el tipo de decoración que vas a poner. Si la cuna es de madera, metálica, de mimbre,… la decoración cambiará bastante junto con las paredes.
Has de pensar que la cuna le servirá, al menos, por un año, porque después debe pasar a una cama. Y por eso, ha de ser una en la que estés contenta de verla, que sea segura y cómoda. Y, sobre todo, que sea todoterreno para los bebés más inquietos.
Por supuesto, muchas cunas pueden pintarse después, o redecorarse, pero normalmente no se hace, y por eso has de escoger un diseño más atemporal, y que proteja a tu bebé de accidentes o de molestias en su cuerpecito.
Ahora que sabes esto, ¿cómo la decorarás al final?