Elegir las cortinas o los estores para tu casa no es una tarea fácil. Son muchos los aspectos a tener en cuenta y, si cometes el error de no pensar las cosas lo suficiente, puede ocurrir que te des cuenta después de que no has acertado con la elección. Hoy queremos darte una pequeña guía para que descubras cuál es el modelo ideal para cada una de tus ventanas.
Cuando uno estrena casa, ya sea por primera vez o no, llega un momento en que se hace necesario (y mucho) contar con cortinas que cubran las ventanas. Puede ser por lo soleado de nuestra climatología, o quizás porque amamos nuestra intimidad. El caso es que no nos parecemos en nada (como ocurre con otras muchas cosas) a los habitantes de los países del norte de Europa, tan propensos a dejar las ventanas desnudas.
Por eso, y para no precipitarnos en la toma de decisiones, conviene plantearse ciertas cuestiones importantes antes de elegir las cortinas. Te contamos qué cosas has de pensar antes de encargarlas.
Cómo elegir las cortinas en función de las ventanas
Uno de los primeros aspectos que debes considerar es el tipo de ventana que necesitas cubrir. No es lo mismo que sea un gran ventanal de hojas correderas que un modelo oscilo-batiente. A cada ventana le va una cortina o estor diferente, y esta cuestión va más allá de los gustos personales, ya que si te equivocas en la elección puede que después resulte incómodo abrir o cerrar la ventana.
En este sentido, las ventanas correderas admiten cualquier tipo de cortina o estor. Las de apertura batiente pueden llevar cortinas, aunque la barra ha de ser más ancha que la ventana, para que puedas abrir esta última con comodidad. Si la ventana es, además, oscilante y quieres poner un estor, has de instalarlo en el techo o en la parte más alta de la pared, para que puedas recogerlo arriba y así abrir la ventana sin problemas.
¿Para qué las necesitas?
Tener clara la función que van a cumplir las cortinas es muy importante. No es lo mismo elegir un modelo para una habitación con mucha luz natural que para otra más oscura. O para una ventana con un edificio justo delante y para la que preservar la privacidad es el objetivo. Piensa si lo que necesitas es que tus cortinas maticen la luz, te proporcionen intimidad, te ayuden a hacer el espacio más acogedor, etc.
También es importante tener en cuenta el tamaño de la habitación, sobre todo para escoger cortinas o visillos más ligeros en tonos claros, o de colores más intensos y llamativos estampados. Los primeros son más adecuados para espacios reducidos, mientras que los segundos tienen más cabida en salones amplios.
La mejor tela para cada espacio
A la hora de elegir la tela con que se van a confeccionar nuestras cortinas o estores hay varios aspectos que no podemos dejar de pensar. Los dos factores que más determinan la elección son el tipo de habitación, y la cantidad de luz que tengan.
No es lo mismo elegir las cortinas para un salón que para un dormitorio. En el primer caso puedes optar por soluciones más sofisticadas, que combinen visillos y caídas laterales, por ejemplo. Los dormitorios, en líneas generales, se ven mejor con modelos más sencillos. Un simple visillo ligero será suficiente, sobre todo si cuentas con persiana en la ventana (si no es el caso, tendrías que pensar en poner un tejido opaco especial que te garantice la oscuridad total cuando lo necesites).
Apostar por tejidos naturales como el algodón o el lino, es siempre una buena opción ya que tienen un tacto muy agradable, no acumulan electricidad estática y resultan muy decorativos. Sin embargo, suelen arrugarse bastante y pueden encoger cuando se lavan por primera vez. En la actualidad existen tejidos sintéticos muy trabajados que imitan casi a la perfección la textura del lino y otras fibras naturales. Además, resultan resistentes y se arrugan menos.
¿Las vas a confeccionar tú mismo?
Si te gusta coser, y sabes hacerlo, puedes atreverte con la confección de tus cortinas. Pero antes de ponerte manos a la obra es muy importante que sepas calcular la cantidad de tela que vas a necesitar. Este es uno de los pasos más importantes porque no admite error. Para llevarlo a cabo de forma correcta, mide el ancho de la pared que quieras cubrir y añade 5 centímetros por cada lado para hacer los dobladillos.
Después elige la forma en que vas a confeccionar las cortinas, y añade más tela en función del modelo. No es lo mismo una cortina muy fruncida que otra de tablas o que un estor. Haz tus cálculos antes de encargar la tela.
También tendrás que medir la altura de la cortina, desde el punto en que vas a instalar la barra hasta el suelo (o hasta donde quieras que lleguen). Ten en cuenta que las telas de confección tienen diferentes anchos. Es un dato que has de conocer para poder hacer los cálculos correctos. Ahora ya puedes ponerte a la tarea. ¡Seguro que te quedan genial!