Ya sabemos que realizar las tareas de limpieza es un trabajo que no nos gusta, pero que tenemos que acometer sí o sí. Para hacerlo de la mejor manera posible, rápido y bien, es necesario tener en cuenta estos errores de limpieza que seguramente estarás cometiendo sin darte cuenta. ¡Evítalos!
Limpiar la casa es tan necesario como tedioso. Y es que a nadie le apasiona tener que dedicar buena parte de su tiempo de ocio a realizar este conjunto de trabajos. Sin embargo, no queda otra. Querer hacerlo todo de la manera más rápida nos hace cometer ciertos errores de limpieza en los que no caemos, pero que resultan bastante claros. Hoy los analizamos para tratar de ponerles solución.
Todas las equivocaciones de las que voy a hablarte en este artículo son bastante habituales. No eres, ni mucho menos, el único que las comete, sino todo lo contrario. Son muchas las personas que caen en ellas sin ser conscientes. Presta atención, porque vamos a darte la clave para conseguir que estos errores de limpieza sean parte del pasado.
Posponer las tareas, uno de los mayores errores de limpieza
Procrastinar significa posponer una tarea para más tarde, dedicándonos a cualquier otra cosa, por diferentes motivos. En materia de limpieza, la mayoría de nosotros somos procrastinadores. Es decir, retrasamos los trabajos para otro momento sin darnos cuenta de que después esa misma tarea nos costará más esfuerzo y tiempo.
Así que no dejes para mañana lo que tengas que limpiar hoy. Si lo haces, tendrás que asumir las consecuencias: te costará más eliminar cualquier mancha si has dejado pasar mucho tiempo desde que se produjo. Y si dejas que el desorden se acumule (ya sea en la cocina, el salón o el dormitorio) después te llevará mucho más tiempo poner el espacio al día.
Lo mejor es asumir que hay ciertas tareas que han de ser de obligado cumplimiento inmediato: eliminar manchas que se acaban de producir, recoger la cocina, repasar la mampara de la ducha, etc.
No limpiar en el orden correcto
A la hora de llevar a cabo la limpieza doméstica, has de programar y mantener un orden correcto y lógico. Si comienzas a realizar las tareas en el orden incorrecto, te darás cuenta demasiado tarde de que hay algunas que tienes que repetir.
Cuando vayas a limpiar una habitación, comienza por despejar el espacio de todas las cosas y objetos desperdigados y ordénalos. Lleva cada cosa a su habitación de origen o devuélvela a su sitio.
A continuación puedes empezar a limpiar comenzando por la parte superior del espacio. Si lo primero que haces es limpiar el suelo y después pasas a quitar el polvo de los muebles y objetos, después tendrás que volver a pasar el aspirador.
Utilizar los productos de limpieza incorrectos
Este es un error que muchos cometemos o hemos cometido. Tenemos en casa todo un arsenal de limpiadores y productos de higiene para el hogar, y no nos damos cuenta de que muchas veces estamos usando los equivocados.
Para empezar, olvídate de productos demasiado fuertes que pueden estropear las superficies más delicadas de tu casa. Elijas los limpiadores que elijas, que no resulten agresivos para los materiales ni irritantes para las personas. Puedes optar por productos ecológicos que resultan más sostenibles y también efectivos si los usas bien.
No mantener limpias herramientas y utensilios
Este error es clave y, sin embargo, también es muy frecuente. Si no mantienes en buen estado, limpias y libres de microorganismos, las herramientas de limpieza, ¿cómo vas a pretender que tu casa esté limpia?
En la cocina, estropajos y bayetas son el perfecto caldo de cultivo para las bacterias. Por eso tendrás que limpiarlas más a menudo y renovarlas siempre que sea necesario. Lo mismo sucede con los cepillos de barrer o con el aspirador. En cuanto a este último electrodoméstico, es muy importante que limpies el filtro de aspiración, para que continúe siendo efectivo día tras día.
Limpiar las ventanas cuando hace sol
Los días soleados parecen el mejor momento para limpiar los cristales, quizá por la luz o porque nos parece que nos costará menos. Sin embargo, sucede todo lo contrario. El sol y el calor harán que el producto limpiacristales que utilices se seque demasiado rápido y te quedarán marcas del trapo que utilices. El resultado no será, para nada, el que esperabas.
Así que reserva esta tarea (esta sí puedes posponerla) a esos días más tristes y nublados, en los que no hay ni rastro de los rayos del sol. Eso sí, que no sean jornadas lluviosas porque entonces habrás limpiado los cristales para nada.
Todos estos errores de limpieza son más que frecuentes en general. Lo mejor que puedes hacer es detectar cuáles son los que tú cometes y ponerles remedio para cambiar las cosas. Serás mucho más efectivo limpiando la casa.