Radiadores de aceite: por qué deberías tener uno en tu casa YA

radiadores de aceite

Con las bajas temperaturas que estamos teniendo en toda España estos días, es normal el encontrarte personas que están pegadas a un radiador para no pasar frío (e incluso lo arrastran para no perder el calor que sale de ellos). Sin embargo, en el mercado hay muchos tipos y los radiadores de aceite están triunfando. Ahora bien, ¿por qué?

Hoy vamos a hablarte de este tipo de fuente de calor, tanto de sus ventajas como los problemas que puede darte. Y es que a veces hay que sopesar lo bueno y lo malo para tomar una decisión antes de comprarlo.

Radiadores de aceite, ¿qué son?

radiadores de aceite

Los radiadores de aceite son uno de los aparatos eléctricos que puedes comprar para tu casa, oficina, nave industrial… Necesitan de un enchufe para poder funcionar ya que utilizan la luz eléctrica. ¿Y qué hacen? Pues se encargan de calentar una habitación a través de un calentamiento interior. Y es que, por dentro, tienen un aceite capaz de calentarse para distribuir el calor a través de todo el radiador. Este, a su vez, consigue que el radiador emane calor de tal manera que, al circular por la habitación, se va calentando.

Obviamente, a la hora de comprarlos, es importante escoger que sean de bajo consumo o muy eficientes energéticamente para que gasten poco o que nos aporten funciones como el apagado autómatico cuando alcanza una determinada temperatura ambiente, o programarlo para que se encienda y se apague.

Pero, ¿qué ventajas presentan estos aparatos?

Lo bueno de los radiadores de aceites

Una de las cosas buenas de los radiadores de aceite es, sin duda, el precio. Son mucho más económicos que otros sistemas de calefacción ya que su precio suele rondar entre los 70 y los 200 euros.

Otro beneficio es el hecho de que no hacen ruido. Esto hay que matizarlo un poco porque, si bien es verdad que no hacen ruido, de vez en cuando, al calentarse o al enfriarse, sí que puede escucharse algún crujido, pero no es nada constante ni llega a ser molesto, aunque si no te lo esperas sí que te puede asustar.

A veces, ese ruido puede llegar a ser más constante pero con moverlo se suele quitar.

El que sean móviles, es decir, que puedas ponerlo en cualquier lugar (siempre que el cable o un alargador llegue al enchufe) hace que puedas disfrutar del calor donde lo necesites, ya sea tumbado en el sofá, en un sillón o en el teletrabajo, al lado de donde estés sentado.

Además, debes saber que, el hecho de que lleve un aceite en su interior no implica que debas cambiarlo cada x tiempo. Ni tampoco recargarlo. No hace falta porque ese aceite o líquido no se quema nunca y por ende no desaparece del interior.

Tampoco requiere un mantenimiento y, salvo una limpieza para que no se le acumule el polvo o se ensucie del día a día, no necesita nada más.

Otra de las ventajas de los radiadores de aceite es que, una vez lo apagas, no se vuelven fríos en segundos, sino que tardan unos 10-20-30 minutos en enfriarse, con lo que se puede apagar mucho antes de cuando los necesitas para ahorrar en la factura de la luz.

Los problemas que presentan estos radiadores

radiadores de aceite

Pasando ahora a los inconvenientes de los radiadores de aceite, has de saber que, aunque hay pocos, lo cierto es que tienen algunos. Uno de los principales tiene que ver con lo que acabamos de hablar. Y es que, si bien al apagarse conserva el calor durante unos minutos, una vez se enfría queda frío. Y al encenderlo el calor no es inmediato, sino que tarda un tiempo en emitir calor, con lo que, si tienes frío, este no te ayudará hasta pasados al menos 10 minutos.

Otro de los problemas que acarrean los radiadores eléctricos es la alta factura de la luz. Y es que, aunque te digan que apenas gastan, no es normal. Gastan mucho y cuando ese radiador debe estar encendido varias horas, el coste puede ser superior a otros dispositivos de calefacción más caros (pero más baratos a la larga).

No sirven como un sistema de calefacción general. Es decir, si piensas que vas a calentar un salón con solo un radiador, estás equivocado. Estos solo sirven para zonas localizadas, es decir, para estar sentado al lado de él, para una habitación pequeña, etc.

Finalmente, debes tener en cuenta que, aunque hay muchos tamaños, los que de verdad funcionan son los grandes, ya que los minis apenas van a dar calor. Y eso implica que ocupen espacio y que sea más complicado de manipularlos, sobre todo cuando están calientes.

Entonces, ¿los radiadores de aceite no son buenos?

Tampoco decimos eso, pero sí debes saber que tienen cosas buenas y cosas malas. Dependiendo del uso que quieras darle a los radiadores de aceite, así como de las necesidades que tengas, podrías optar por uno o bien pensar en otro sistema de calefacción diferente para poder mantener el calor en tu hogar, oficina, empresa…