El calor en verano, el frío en invierno y el ruido en cualquier época del año son cosas desagradables y molestas que echan a perder el confort de tu hogar. Por eso, aislar tu casa es muy importante. Así conseguirás interiores mucho más cómodos y acogedores.
Tu casa está expuesta a las altas temperaturas del exterior durante el verano y también al frío intenso cuando llega el invierno. Si no has logrado aislar tu casa de la forma adecuada, el calor y el frío se colarán por los puntos débiles de la fachada, por las ventanas o la puerta.
En ese caso, dará igual que tengas un sistema de climatización de última generación (o una calefacción supereficiente); estarás tirando el dinero. El frío (o el calor) se escaparán por las rendijas y tu casa no alcanzará la temperatura de confort. O lo hará a costa de gastar un montón de energía y, por tanto, también dinero. Y eso es todo lo contrario a llevar un estilo de vida sostenible…
¿Qué puedes hacer para aislar bien tu casa?
El primer paso será plantearte qué es lo que necesitas, en función del lugar en el que vives. Piensa en la orientación de tu vivienda. En climas cálidos, la orientación sur y oeste es la más calurosa por lo que, si es tu caso, tendrás que reforzar las ventanas con buenos cerramientos, toldos, persianas e incluso láminas anticalor.
Si, por el contrario, algunas de tus ventanas dan al norte, tendrás que protegerlas para que no entre el frío en invierno.
También es importante tener en cuenta los años que tiene tu casa. En los edificios que cuentan con más de dos décadas de existencia se hace casi inevitable renovar el aislamiento. En caso de vivir en un ático, centra tus esfuerzos en procurar un techo bien aislado. Si vives en una planta baja, entonces el suelo será el punto débil por el que se cuele la humedad y el frío. Protégelo a conciencia.
Aislamiento térmico, fundamental
¿Quieres que en el interior de tu casa se respire un ambiente agradable y cómodo, ya estemos en verano como en invierno? Pues entonces procura que esté bien aislada, desde un punto de vista térmico. No solo vivirás más cómodo sino que ahorrarás mucho dinero en aire acondicionado.
Empieza por revisar las ventanas y cámbialas si no tienen doble acristalamiento, o si son de aluminio y sin rotura de puente térmico. Las fachadas también han de estar aisladas, al igual que los techos y el suelo. Y no te olvides de la puerta de entrada. Las acorazadas aíslan más que las blindadas. Estos son los puntos a vigilar si quieres ahorrar en calefacción en invierno.
Suelos, paredes y techos
Aislar el suelo puede evitar que se escape por él hasta el 10 % del consumo energético de la vivienda. Para conseguirlo es necesario acondicionar el soporte inferior. Si has elegido tarima laminada, tendrás que colocar una base de aislamiento (térmico y antihumedad). En suelos de cerámica en planta baja deja una cámara de aire para la solera ventilada. Si es en una planta superior, se puede hacer un mortero con un aislante ligero llamado arlita.
En el caso de las paredes, lo mejor es protegerlas desde el interior trasdosándolas con placas de pladur, dejando una cámara y poniendo en el interior lana mineral. O también puedes insuflar poliuretano por unos orificios que se hacen en las paredes, y que consiguen aislar tu casa de manera eficaz.
Para acondicionar el techo, y evitar pérdidas de climatización de hasta el 30 %, lo mejor es colocar un falso techo con lana de roca en el interior. Otra idea, igual que en las paredes, es insuflar poliuretano. O poner un techo acústico en placas y reforzarlo con aislante térmico (de poliestireno o de lana mineral).
El placer de estar en silencio
Los ruidos en casa, si son fuertes y constantes, pueden ser una lacra en la vida doméstica… ¡Y de las peores! Por eso te vendrá bien aislar tu casa acústicamente para mantenerla a salvo de este tipo de molestias. Por suerte, estas situaciones tienen solución, por ejemplo, implantando las opciones en aislamiento acústico de PLB.cat.
La forma de aislar, en lo que al sonido se refiere, depende un poco de los ruidos que quieras dejar de oír. Estos pueden ser: de impacto, aéreos o de vibraciones. Los primeros se solucionan con aislantes como los que se colocan bajo la tarima, en el suelo, para que no te oigan los vecinos de abajo al pisar.
Los ruidos aéreos como los que llegan desde la calle se combaten instalando en el interior de las paredes paneles de poliuretano. Para las vibraciones provocadas por altavoces, por la tele, o por las cañerías, lo mejor son los aislantes textiles.
Sea como sea, lo mejor es actuar cuanto antes. Ten en cuenta que el nivel de ruido de tu casa no puede superar los 40 decibelios de día ni los 30 decibelios por la noche. Con estas recomendaciones, seguro que conseguirás aislar tu casa de forma óptima y así hacer sus interiores más confortables y acogedores.