Los textiles son un elemento importantísimo en la decoración de la casa, y son solo en el salón sino también en los dormitorios, en las zonas de estar, en el comedor… Aquí tienes algunos consejos prácticos para que puedas elegir las telas para toda la casa sin riesgo de equivocarte.
Loneta, algodón, chenilla, lino… Existen tantos tipos de tejidos para la casa que elegir las telas con acierto puede convertirse en una difícil tarea. En especial si no estás muy puesto en el mundo textil. ¡No te preocupes! En el siguiente artículo vamos a estudiar bien el asunto y a dar algunos tips muy útiles que te servirán para saber qué tipo o tipos de telas necesitas en casa.
Todo depende del uso que vayas a darle a cada una. Evidentemente no necesitarás el mismo tejido para tapizar una butaca que para hacer unas cortinas. Por eso lo más importante, antes de comprar una tela, es pensar para qué la vamos a utilizar. No todas son iguales (ni mucho menos) ni te van a servir para lo mismo.
Elegir las telas para tapicerías
Si lo que necesitas es tapizar un sillón, una butaca o un sofá, tendrás que decidirte por telas fuertes que se puedan tensar sin riesgo de que se rompan. Lonetas y chenillas, por ejemplo, son muy adecuadas para este uso.
Otra cosa en la que es importante que te fijes es en su resistencia al desgaste. Piensa que las tapicerías se usan mucho y necesitas telas de calidad, que no se rocen ni se estropeen a la mínima de cambio. Para saber la resistencia de una tela puedes fijarte en un dato que suele venir en la etiqueta: el resultado que ha obtenido el tejido en el test Martindale. Se trata de una prueba que mide la resistencia a la abrasión. Cuantos más ciclos Martindale tiene la tela, más resistente es. Lo ideal es elegir tejidos a partir de 20.000 ciclos (si necesitas una tela muy resistente elige una que tenga entre 40.000 y 80.000 ciclos).
Además, si vas a elegir las telas para el salón, lo mejor es que optes por colores sufridos, ya que se trata de un espacio con mucho uso, en el que pasamos gran parte del tiempo que estamos en casa. Seguro que te encantan los sofás blancos, o de tonos muy claros, pero quizá no sea buena idea. Decídete por colores un poco más oscuros como el gris o el azul.
¿Y para las cortinas?
A la hora de elegir las telas para las cortinas, los criterios que vamos a utilizar son totalmente diferentes. En este caso necesitas tejidos capaces de resistir la acción de los rayos del sol. Esto es especialmente importante cuando se trata de telas estampadas o muy coloridas, ya que pueden decolorarse con el paso del tiempo.
Si necesitas telas para confeccionar los visillos, tendrán que ser ligeras y vaporosas para que dejen pasar suficiente luz. Los algodones y los linos son muy adecuados para este fin, y mejor si llevan algo de poliéster en su composición para que al lavarlas no encojan y se arruguen menos. Busca tejidos que puedas lavar en casa. Elige un programa corto y suave y cuélgalas en las ventanas según las saques de la lavadora. Así no tendrás que plancharlas.
Las telas para el cuarto de los niños
Si tienes niños pequeños en casa no hace falta que te diga cómo son. Para las habitaciones infantiles elige siempre telas resistentes y fáciles de lavar. Por mucho que te guste un color, un estampado o un diseño en especial, si es delicado descártalo de inmediato. Es un consejo que te ayudará a evitar más de un sinsabor después. Ser prácticos es lo mejor en estos casos.
Para los más pequeños de la casa hemos de decidirnos por telas que lleven mezcla de algodón y poliéster, por ejemplo. No es buena idea elegir tejidos muy caros porque seguramente los cambiaremos pronto. Los niños crecen y los motivos infantiles que elegiste cuando eran muy pequeños ya no les gustarán una vez cumplidos los 10 años.
La ropa de cama, práctica y sencilla
El dormitorio es también un espacio dentro de la casa en el que los textiles cumplen una función determinante. No solo decoran, sino que aportan confort y calidez a la habitación. Lo mejor para elegir las telas para la ropa de cama es guiarnos por la funcionalidad. Necesitamos colchas que no se arruguen demasiado, que no se ensucien enseguida y que sean fáciles de lavar. Para este uso destacan las telas con mezcla de tejidos y con suficiente caída.
A la hora de decidirse por un color u otro, además de tener en cuenta el estilo y la decoración del dormitorio, conviene escoger tonos claros y suaves, más fáciles de combinar.